Inversiones en almacenamiento en batería en 2025 están experimentando un crecimiento sin precedentes, remodelando la transición energética mundial y las estrategias ESG de las empresas. El auge no es sólo una respuesta a la demanda de energía limpia, sino también un pilar estratégico para las empresas comprometidas con los objetivos de energía neta cero. Según el Agencia Internacional de la Energía (AIE)Se prevé que la inversión mundial en energía alcance una cifra récord $3.3 billón este año, con una parte significativa dirigida a proyectos de energías renovables y almacenamiento en baterías.
El boom de las baterías en 2025
El año pasado, la capacidad de almacenamiento de baterías en Estados Unidos creció más rápido que nunca. Medio ambiente América informa de que en 2025 se superarán esas cifras, lo que sitúa el almacenamiento en baterías como piedra angular de la red de energía limpia. La expansión se debe a una combinación de incentivos políticos, avances tecnológicos y la urgente necesidad de resiliencia de la red ante los riesgos climáticos.
Principales motores de la inversión
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Apoyo político: La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) y los incentivos estatales siguen impulsando la inversión privada en infraestructuras de almacenamiento de energía.
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Compromisos corporativos Net-Zero: Las empresas que tratan de reducir las emisiones de Alcance 2 invierten cada vez más en energía procedente de redes respaldadas por baterías o se abastecen de ellas.
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Necesidades de fiabilidad de la red: Ante el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, las empresas de servicios públicos y los ayuntamientos están invirtiendo en soluciones de almacenamiento para estabilizar el suministro de energía.
Implicaciones para las estrategias ESG
Las inversiones en almacenamiento en baterías se alinean directamente con la E (Medio ambiente) pilar de ESG. Al permitir un uso más coherente de fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, los sistemas de baterías reducen la dependencia de los combustibles fósiles durante los picos de demanda. Además, contribuyen a la estabilidad de la red, reduciendo el impacto ambiental de la producción de energía.
Para las empresas, integrar el almacenamiento en baterías en sus operaciones o cadenas de suministro ofrece varios beneficios ESG:
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Menor huella de carbono: Un mayor acceso a la energía limpia reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
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Resiliencia y gestión de riesgos: Las soluciones de almacenamiento mitigan los riesgos relacionados con la volatilidad de los precios de la energía y las interrupciones del suministro.
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Calificaciones ESG positivas: Los inversores evalúan cada vez más las puntuaciones ESG de las empresas basándose en inversiones tangibles en infraestructuras que apoyen la sostenibilidad.
Oportunidades en todos los sectores
Más allá de los servicios públicos, sectores como la fabricación, los centros de datos y el transporte están integrando soluciones de almacenamiento en baterías. Por ejemplo:
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Fabricantes desplegar almacenamiento in situ para gestionar las cargas energéticas y reducir los costes operativos.
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Centros de datos utilizan el almacenamiento para la energía de reserva, lo que garantiza el tiempo de actividad y reduce la dependencia de los generadores diésel.
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Vehículo eléctrico (VE) La expansión de la infraestructura depende en gran medida del almacenamiento en baterías para equilibrar las cargas de la red.
Estas aplicaciones en todo el sector refuerzan el almacenamiento en baterías como un facilitador esencial de la infraestructura "net-zero.
Innovación en tecnologías limpias y perspectivas de futuro
Los avances tecnológicos siguen mejorando la eficiencia, la vida útil y la seguridad de las baterías. Tecnologías emergentes como baterías de estado sólido y baterías de segunda vida para vehículos eléctricos se espera que reduzcan aún más los costes y el impacto medioambiental. A medida que estas innovaciones maduren, se ampliarán las oportunidades de inversión, atrayendo a inversores institucionales centrados en activos vinculados a la sostenibilidad.
En La AIE subraya que, para cumplir los objetivos climáticos mundiales, las instalaciones anuales de almacenamiento en baterías deben triplicarse de aquí a 2030. El impulso generado en 2025 sienta unas bases sólidas para esta trayectoria.
Formación de líderes ESG para la transición energética
Entender la intersección entre almacenamiento de energía y ESG es ahora esencial para los profesionales de la sostenibilidad. El sitio Programa para Profesionales Certificados en Sostenibilidad de CSE dota a los profesionales de las herramientas necesarias para integrar las nuevas tendencias de las tecnologías limpias en las estrategias empresariales. Al mejorar sus conocimientos, los participantes pueden contribuir eficazmente a los objetivos de sostenibilidad de sus organizaciones mientras navegan por un panorama energético en rápida evolución.
Las inversiones en almacenamiento de baterías en 2025 representan algo más que una tendencia energética: son un imperativo estratégico para el crecimiento sostenible. A medida que las empresas y los gobiernos se alineen en torno a los objetivos climáticos, la integración de soluciones de almacenamiento en baterías será fundamental para dar forma a un futuro resiliente y con bajas emisiones de carbono.